Una mirada a la otra cara de las tecnologías.

Una mirada a la otra cara de las tecnologías.

Este post ha sido visto 740 veces.

Son muchos y grandes los esfuerzos realizados por nuestro país en el ámbito de la educación y la promoción del uso saludable y responsable de Internet, las redes sociales (RRSS) y, por extensión, las Tecnologías para la Información y la Comunicación (TIC). Sin embargo, sigue constituyendo uno de los grandes desafíos a los que hasta el día de hoy nos enfrentamos como sociedad, especialmente en el ámbito de la infancia y la adolescencia.

Durante la pandemia del COVID-19 se evidenció el impacto de la tecnología en la adolescencia, modificándose los hábitos del uso de Internet y las RRSS, el consumo de videojuegos y el juego online, así como diferentes prácticas de riesgo nuevas, por así decirlo, en nuestros hogares y familias. Todo ello posibilitó también conocer a fondo las motivaciones y entender el papel que la tecnología desempeña en sus vidas.

De ese entendimiento, se derivaron miles de horas dedicadas a conferencias, talleres, conversatorios entre otras técnicas extensibles a todos los niveles de enseñanza, centros estudiantiles, proyectos sociales e instalaciones de Joven Club a todo lo largo y ancho del país. Con ello se ha intentado promover un modelo de prevención comunitario, en el que todos deben sentirse protagonistas y responsables en el diseño y puesta en marcha de las políticas que demandan los nuevos tiempos y los valores que promueve el Estado cubano con este fin.

La constante y creciente preocupación de las familias, educadores e instituciones relacionadas con el mundo de las TIC ha hecho posible concientizar los severos trastornos y consecuencias que trae un mal uso de las tecnologías en esta sensible etapa de vida. El uso de las mismas supone un aporte trascendental innegable y casi imprescindible para los adolescentes, tanto a nivel social como emocional. Los ayuda a conectarse con el entorno cercano y remoto además de encontrar diversión, ocio, apoyo y bienestar emocional, toda una gama de opciones en el que prevalecen las experiencias positivas y sin el que hoy es prácticamente imposible vivir.

En muchos casos, llama la atención el poco nivel de supervisión que parecen estar ejerciendo madres y padres, no del todo conscientes de su papel rector en el uso de los dispositivos, de la necesidad de control y de establecer buenas prácticas digitales en el hogar. Un claro ejemplo lo constituye el uso de algunos videojuegos como una de las principales vías de ocio, que conllevan importantes implicaciones a nivel de salud y de convivencia. Muchos adolescentes podrían estar haciendo un uso desmedido y sin supervisión de videojuegos no recomendados para su edad.

Se impone desde nuestra posición, como docentes e instructores, reflexionar a fondo sobre este tema, ser creativos e incentivar las buenas prácticas en el uso de las tecnologías entre los niños, adolescentes y jóvenes de la comunidad. Identificar distorsiones y mala praxis para buscar soluciones tempranas y definitivas. El papel de los Joven Club de Computación y Electrónica se traduce vitalmente de avanzada en este sentido.

Les invito a todos a pensar… y a actuar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

¡Síguenos en WhatsApp!

¡Hola, usuarios!

Nos complace anunciar que ya contamos con un canal de noticias en WhatsApp. Para unirte y mantenerte al tanto de nuestras últimas actualizaciones, simplemente haz clic en el botón a continuación: