Probablemente los has utilizado en más de una ocasión y sabes cómo funcionan. Están instalados en la PC o laptop que acabas de comprar y son gratis durante un periodo de tiempo en específico.
Los has utilizado por años, pero probablemente no sepas cómo se llaman. Los programas shareware son un tipo de software distribuido gratuitamente para que lo pruebes, pero que tienen claras limitaciones. En esta nota te explicamos cómo son estas versiones, cuándo se crearon y por qué son un éxito en la industria tecnológica.
Las grandes compañías como Microsoft o Adobe emplean este sistema de software distribuido gratuitamente para los usuarios, pero sin estar disponible al completo, a diferencia de otros como freeware.
¿Qué son y cuáles son sus características?
Shareware es un tipo de software que se distribuye gratis, aunque requiere de un pago si queremos desbloquear la herramienta completa o utilizarlo de manera indefinida. Es un programa que obliga a los usuarios a pagar ciertas membresías para aprovechar todas las funciones y suele restringirse a partir de los treinta días de uso.
La intención de este software es que el usuario lo utilice sin coste y como prueba durante un tiempo y posteriormente tenga que pagar una versión para poder seguir haciendo uso de todas las funcionalidades y no tener limitaciones. Suelen ser programas seguros y están pensados para que se comparta masivamente.
Origen del software
Este tipo de programas aparecieron en la década de los ochenta en el que Andrew Fluegeman y Jim Knopf crearon aplicaciones que utilizaban métodos poco convencionales y habituales para la distribución, pero que los popularizaron. Por un lado, Fluegman creaba el programa PC-Talk y Knopf lanzaba PC-File.
Ambos buscaron opciones alternativas para su distribución, aunque todavía no había un nombre que hablase sobre este tipo de programas que no llegaban a ser un software libre de dominio público. Así surgió el concepto shareware hasta hoy.
Ventajas e inconvenientes
La principal ventaja es que podemos usar un programa de pago de forma gratuita durante un tiempo. Sin embargo, el inconveniente es que no es gratis sino que debemos empezar a pagar a partir de un determinado periodo.
A nivel de usuario, se consigue un mejor precio en este tipo de programas y podemos probarlo al completo antes de poder usarlo con coste. Además, la principal ventaja y motivo de su popularidad es que tenemos acceso total durante un tiempo prolongado.
Es importante precisar que no puede ser modificado ni distribuido por el usuario ni son programas de código abierto donde tenemos el código fuente disponible. En algunos casos, como el adware, pueden suponer un riesgo.
Tipos de shareware
Los tipos dependerán del programa que vayas a instalar. Por ejemplo, los modelos “freemium” son programas gratuitos, pero que solo podemos usarlos durante un número limitado de veces o sin utilizar una función. Esta limita las veces que puedes traducir una palabra o los archivos que puedes guardar, las veces que puedes retocar una fotografía y la de quitar una marca de agua. Hay un número limitado de ocasiones.
Además del freemium, hay otros tipos aunque no recomendables en la mayoría de ocasiones, como el Adware. Esto considera a programas que utilizan publicidad en los mismos para generar ingresos para el desarrollador. Sin embargo, pueden suponer un riesgo para nuestros datos personales.
Y, finalmente, el demoware. Se trata de un software de denostación que permite su uso durante un tiempo a nivel global. No obstante, luego se debe pagar para seguir utilizándolo o desbloquear sus funciones. Estos ayudan a decidirnos a la hora de comprar o no un programa.